ventas@prodeko.com.mx 

(614) 290 67 87

Las alfombras son unos poderosos elementos en decoración interior, especialmente útiles en épocas frías. Se las asocia con lo sofisticado y con lo hogareño por la gran capacidad que tienen para vestir los suelos y para enriquecer el ambiente de una habitación. Son especialmente utilizadas en salones y en dormitorios, aunque también en salitas y pasillos. Ayudan a disimular los suelos fríos y proporcionan una comodidad muy agradable -no es lo mismo caminar por un suelo frío de mármol en enero que hacerlo sobre una mullida alfombra-. Por todo ello, el arte y la técnica de cubrir y proteger el suelo convenientemente (sin dejar de pensar en la estética) son una parte importante del diseño de cualquier habitación, aunque por lo general, las alfombras de calidad tienen una gran desventaja: no suelen ser económicas.

Alfombras en chihuahua

Afortunadamente, cada vez más firmas ofrecen alfombras de todos los estilos a precios más accesibles. Con semejante variedad, nos entran las dudas de cómo elegir la alfombra más adecuada a nuestro salón o dormitorio. Según el reputado diseñador estadounidense Scott Meacham Wood, hay que tener en cuenta algunos factores. Entre ellos, son de vital importancia el tamaño, el estilo/color y la textura de esta pieza.

Qué tamaño escoger

Dependiendo de la estancia para la que necesitemos la alfombra, nos decantaremos por un tamaño u otro. En el caso de las alfombras para comedores, el diseñador recomienda añadir unos 200 centímetros de largo y ancho a la superficie de nuestra mesa de comedor. Esto es importante porque, de esta forma, no sólo el área de la mesa estará cubierta, sino también la que corresponde a las sillas. La alfombra nos ayudará a separar áreas (especialmente si el comedor y el salón forman parte de la misma estancia) y nos ayudará a proteger el suelo en ese lugar de la casa donde tanto suelen moverse estos muebles.

Si a alfombra es para un salón o salita de estar, la emplazaremos en el área donde nos solemos sentar. Esto es, por ejemplo, el área destinada para el sofá, los sillones y la televisión. Al menos las patas delanteras del sofá deberían estar sobre la alfombra porque así estamos unificando el espacio y tendremos esa sensación de calidez al sentarnos en nuestro lugar de reposo. El prestigioso diseñador no recomienda pequeñas alfombras, por ejemplo aquellas que sólo están debajo de una mesita, sino más amplias, al menos capaces de cubrir parcialmente el suelo de la zona de relax.

En las habitaciones, hay una regla sencilla: la mayor parte de la alfombra debe estar en el espacio dedicado a la cama. Lo ideal es que los tres lados (o dos, si está contra la pared) de la cama tengan un espacio de alfombra a su alrededor. Si tienes un escritorio con una silla con ruedas, poner allí una alfombra puede resultar, a la larga, muy incómodo.

En caso de duda, es preferible escoger el tamaño más grande. Muchas veces es mejor decantarnos por una alfombra grande que cubra gran parte de nuestra estancia que por varias pequeñas, que dan un efecto estético más extraño y difícil de combinar.

Estilo y color

Una vez que, más o menos, tenemos el mente el tamaño de la alfombra que necesitamos, pensaremos qué estilo queremos. Aquí la regla de oro, según Scott Meacham, es no perder nunca de vista el equilibrio. Por lo general, a los comedores les va muy bien una alfombra con estampado porque los muebles del mismo suelen ser sencillos (mesas, sillas de madera, redondas o cuadradas, con poca decoración…) y así conseguimos dar una nota de novedad y de creatividad con la alfombra.

En cambio, en salones, si nuestros muebles y adornos ya tienen muchos colores, diseños o atrevidos estampados, será mejor optar por una alfombra de color liso y discreto, que vaya siempre en consonancia con los muebles y el color de las paredes. Si los muebles del salón, por el contrario, son clásicos y apuestan poco por la originalidad, igual que en comedores, podemos concentrar en la alfombra toda la fuerza visual. Si elegimos alfombras muy vivas o con estampados muy brillantes, debemos tener en cuenta que los muebles de nuestras estancias combinen convenientemente o bien comenzar a elegir una alfombra de estas características y escoger el mobiliario en relación a ella.

En los dormitorios, los colores lisos o estampados discretos serán la solución. Si tu mobiliario es de color claro, puedes optar por colores pasteles, para aportar suavidad a la habitación o bien un color oscuro, como marrón, azul marino o negro para crear contraste con sutileza. Las alfombras blancas y esponjosas también tienen cabida en este tipo de espacios.

La textura también importa

Muchas veces, una alfombra nos llama la atención, más que por su estampado o color, por la textura que presenta. Alfombras de pelo, de rejilla, de lana o aterciopeladas: las opciones son numerosas.

Una habitación que muestra una mezcla de diferentes texturas suele ser rica estéticamente, por eso que debemos combinar los diferentes textiles de la misma, dando a la alfombra la atención que se merece. Si en nuestro salón imperan las telas ricas como el terciopelo, la respuesta puede ser una sencilla alfombra de fibras, una pieza que aporte suavidad y consistencia. Si, por ejemplo, el espacio presenta muebles brillantes y glamourosos, como sofás de cuero, escogeremos una alfombra más mullida y gruesa.

El mismo equilibrio se aplica a los dormitorios, pero esta estancia es donde es más importante apostar en alfombras que inspiren suavidad, dulzura visual y relajación, ya que es la estancia donde dormimos. Si te encantan esas alfombras de pelo suave que son un gusto tocar, será en las habitaciones donde mejor cabida tendrán y las plantas de tus pies lo agradecerán al levantarte cada mañana.

Al mismo tiempo, a la hora de elegir una alfombra, tendremos en consideración sus funciones prácticas: en especial, la facilidad de limpieza. Si tenemos mascotas, niños pequeños y prevés que la alfombra se te manchará con facilidad (por ejemplo, la que está debajo de la mesa del comedor), escogeremos modelos fáciles de limpiar, materiales poco delicados y colores oscuros y sufridos.